MIRISSA Y GALLE

Desde Tangalle, y en taxi, nos dirigimos a Mirissa (25€, 1h15), otro destino típico de playa de Sri Lanka, quizá algo más masificado. Aquí permanecimos 2 noches, más que suficiente para disfrutar de sus playas, atardeceres, vida nocturna y gastronomía. Además de la playa de Mirissa, también visitamos la Black Sand Beach tras cruzar la Parrot Rock (consultar las mareas antes de ir), la Turtle Beach en la que vimos alguna que otra tortuga y la Secret Beach tras un paseíto de unos 40 minutos.

 

 

Playa de Mirissa
Playa de Mirissa

 

 

No podemos irnos de Mirissa sin disfrutar de una puesta de sol desde la Coconut Tree Hill, seguramente esté petado de gente pero merece la pena. Algo sorprendente de Mirissa es la trasformación que sufre su playa por la noche, todos los hoteles que están junto a la playa sacan sus terrazas casi hasta el borde del agua, donde tendrás la opción de tomar algo, especialmente cocteles, y elegir un buen pescado para tu cena en las pescaderías improvisadas que montan en plena playa. Nosotros las 2 noches que estuvimos comimos dos señores pescados riquísimos a unos 30€ la pieza para 2 personas, espectacular!!!!!

 

 

Mostrador con pescado en un restaurante en la misma playa de Mirissa
Mostrador con pescado en la playa de Mirissa
Pescado preparado en la Playa de Mirissa
Pescado preparado en la Playa de Mirissa

 

De Mirrissa, también en taxi (14€, 1h), nos desplazamos a Galle, ciudad colonial patrimonio de la humanidad cuya fortificación fue construida por portugueses y holandeses entre los siglos XVI y XVIII. Nosotros estuvimos solo una noche, más que suficiente para visitar la fortaleza y callejear por su casco histórico. A nosotros nos coincidió justo el año nuevo budista y nos fue muy complicado encontrar algún sitio donde poder tomar alguna cerveza. Cuando hay alguna celebración importante los ceilandeses ni beben ni venden alcohol. Estuvimos esperando a que llegará el año nuevo hasta las 12 de la noche a ver que pasaba y no pasó absolutamente nada, una decepción, encima para celebrarlo no nos quedó otra que tomarnos un batido de fruta de la Pasión.

 

Fortaleza y murallas junto al mar el Galle
Fortaleza de Galle

 

Finalmente de Galle nos fuimos a Negombo, donde se encuentra uno de los aeropuertos de internacionales de Sri Lanka junto al de Colombo y donde pernoctamos antes de poner fin a este corto viaje en el que como es normal nos han quedado muchas cosas por ver, sobre todo de la parte más al norte. Definitivamente, Sri Lanka es un país espectacular, muy cómodo de visitar, barato y con una gastronomía difícilmente igualable.

 

 

 

 

 

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