TRINIDAD

En nuestro 9º día de viaje la intención era viajar hasta Trinidad acordando un taxi como habíamos hecho las últimas veces. Sin embargo, esta vez no iba a ser tan sencillo. Durante nuestra estancia en Playa Girón, comenzamos a darnos cuenta que se nos estaba acabando el dinero en metálico, tanto en CUC como en peso cubano. Intentamos sacar dinero pero ningún cajero funcionaba (típico de Cuba), con dinero suficiente para pagar el alojamiento y la comida no nos preocupamos demasiado, ya que al día siguiente iríamos directamente al banco y listo. Pero el día siguiente, día de partir hacia Trinidad, no nos dimos cuenta de que era festivo en cuba, todos los bancos estaban cerrados (cagada gorda) y, por supuesto, los cajeros seguían sin funcionar. El taxista, sin el dinero por adelantado, se negó a llevarnos a Trinidad y no nos quedó otra que movernos en transporte público.

Con una temperatura de 35º el viaje fue una auténtica odisea, pero toda una experiencia. Tras esperar unas 2 horas (de charleta con un montón de cubanos), un colectivo nos dejó en Yaguaramas, localidad en la que tras esperar otro tanto cogimos un autobús hasta Cienfuegos, donde por fin conseguimos sacar dinero (estos 2 trayectos los hicimos por menos de 2 CUC por persona). Finalmente, desde Cienfuegos en un autobús Viazul conseguimos llegar a Trinidad  (1h30, 10 CUC) a última hora de la tarde. Al perder totalmente el día decidimos quedarnos 3 noches en Trinidad, una más de lo que teníamos pensado.

 

Casa colonial de Trinidad

 

La primera noche, no sé si para quitarnos el mal sabor que nos dejo el viaje, nos pegamos una juerga bastante elegante. Trinidad tiene una vida nocturna bastante animada, influenciada claramente por la cantidad de turismo que soporta. El primer paso fue sentarse en las largas escaleras que están junto a la Iglesia de la Santísima Trinidad, con bares a los costados y una especie de terrazas (entre ellas La Casa de la Música) donde organizan espectáculos musicales y conciertos. Es muy divertido!!! Entre roncito y roncito, y escaleras para arriba y escaleras para abajo, no se como, a altas horas acabamos en una puta cueva, la discoteca Ayala. Y sí literalmente es una cueva y muy guapa por cierto.

 

Las famosas y «peligrosas» escaleras de Trinidad

Con algo de resaca y cansados por el trajín de viaje del día anterior, al día siguiente decidimos tomárnoslo de relax, para ello nos dirigimos a vecina Playa Ancón, situada a 10km de Trinidad. Pero antes de todo esto nos acercamos a la oficina de Cubatur para atar la visita al Parque Natural Topes de Collantes que teníamos pensado hacer al día siguiente. Una vez contratada la excursión, justo en frente de la oficina de Cubatur cogimos el autobús que nos llevó a Playa Ancón, donde pasamos toda la mañana y parte de la tarde. El resto del día lo ocupamos en conocer la bonita ciudad colonial de Trinidad y en volver a las famosas escaleras, pero esta vez con el freno de mano echado, ya que al día siguiente tocaba madrugar para irnos de excursión.

 

Playa Ancón

 

Colorida calle de Trinidad

 

Como habíamos acordado, y esta vez sin resaca, al día siguiente visitamos el Parque Natural Topes de Collantes con un excursión guiada (60 CUC por persona) que nos llevó toda la mañana e incluía la comida en un restaurante. Comenzamos visitando la Casa Museo del café, luego visitamos el Parque Natural, donde tuvimos la fortuna de encontrarnos y fotografiar al pájaro cubano por excelencia, el tocororo, ave que tiene los mismos colores que la bandera cubana. Tras la caminata, bajamos a refrescarnos a la cascada de Vegas Grandes y finalmente nos llevaron a comer a un paladar cercano. Todo Perfecto!!!

 

Tocororo cubano

 

Cascada de Vegas Grandes en Topes de Collantes

 

 

 

 

 

 

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