En tren procedentes de Munich (1h40) llegamos a Salzburgo, ciudad que nos recibió con una estupenda climatología y con todo completamente blanco por la nieve que había caído en días anteriores. Salzburgo es una ciudad pequeña y muy accesible en la que con un breve paseo se puede llegar a todas partes. Una vez realizado el check-in correspondiente en nuestro alejamiento próximo a la estación central, comenzamos a explorar esta bonita ciudad. Nuestro primer objetivo fue ascender al monte Mönchsberg, para ello atravesamos el puente Müllnersteg y ascendimos por Müllner Schanze, dando como resultado un corto pero bonito paseo en el que encontramos varios miradores con vistas muy guapas a la ciudad. El propio paseo nos guio hasta la misma entrada del castillo de Hohensalzburg. El precio por entrar es de 13.50€ por persona, nosotros decidimos no visitarlo, pero seguro que resulta interesante verlo por dentro (todo no se puede).
Desde la entrada al castillo descendimos hasta el casco histórico, donde nos encontramos con una Kapitelplatz y Domplatz (ambas junto a la catedral) totalmente abarrotadas. Sábado y finales de noviembre, los puestillos navideños rebosan todas las plazas. Entiendo que a la gente le encante el ambiente y colorido que dan este tipo de chiringuitos, pero a mi no, los odio. No venden más que chorradas y encima impiden a gente que estamos de visita disfrutar de la majestuosa arquitectura de plazas espectaculares (fuck puestillos always). A pesar de la aglomeración, también pudimos visitar la famosa Getreidegasse, calle del casco histórico repleta de tiendas y que alberga la casa donde vivió Mozart.
Tras un obligado paréntesis para tomar una buena Weissbier, abandonamos el casco histórico para cruzar al otro lado del Salzach donde pudimos observar la ciudad desde el Kapuzinerkloster y visitar el Palacio Mirabell. En esta parte de la ciudad nos encontramos con numerosos bares y restaurantes, así como infinidad de comercios. En tema de souvenirs, en esta zona se encuentran mejores precios que en el casco histórico. Nosotros como de costumbre compramos en la famosa Getreidegasse y aquí encontramos lo mismo (Imanes, chocolates, salchichas etc.) casi a mitad de precio.
Para nuestro segundo día en Salzburgo decidimos emprender viaje al famosísimo pueblo de Hallstatt, para ello cogimos el autobús 150 frente a la estación central de Salzburgo, dicho bus nos llevó en 1h30 a la localidad de Bad Ischl, donde cogimos un tren hasta la estación de Hallstatt (20min), situada al otro lado del lago. Para llegar hasta aquí conviene revisar bien los horarios de tren y bus (https://fahrplan.salzburg-verkehr.at), los billetes se pueden comprar de ida y vuelta en la misma parada de buses de Salzburgo, incluyendo todo el trayecto (Tren y bus). Una vez aquí, tan solo nos quedó coger el barco (7€ ida y vuelta, 5min) y llegar por fin a Hallstatt. El viaje es un poco trajín pero merece muchiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo la pena.
Una vez en Hallstatt decidimos hacer una ruta circular de 13km (4h/4h30) con inicio y final en el pueblo de Hallstatt (https://www.komoot.com/es-es/discover/Hallstatt/@47.5621698,13.6486697/tours?sport=hike&map=true&max_distance=8000). La ruta es un poco larga, pero sin demasiada complicación, apta para cualquiera con ganas de andar un poco. En dicha ruta, con bastante nieve, vimos cascadas y unas vistas del lago y de Hallstatt impresionantes. La ruta te lleva también al mirador de Aussichtsbrücke, desde donde desciendes finalmente a Hallstatt. Tras dar un paseo entre callejuelas y casitas de cuento nos dirigimos a la barandilla mítica a sacar la típica foto de Hallstatt.
Para comer en Salzburgo comida típica austriaca nosotros recomendamos el Restaurante Die Weisse, con un cerveza artesanal propia buenísima y una comida muy rica. A nosotros nos gustó tanto que repetimos. Para cenas algo más rápidas en Salburgo encontrarás multitud de variedad de pizzerías, hamburgueserías, restaurantes internacionales de todo tipo etc. Pero si lo que buscas es comerte unas pizzas y tomarte una cerveza viendo el partido de tu equipo, independientemente de la liga en la que juegue, el bar Bada Bing Sport Bar es una muy buena opción . Sin ningún reparo pregúntale al camarero, que te pondrá sin ninguna objeción el partido que quieras en una de sus múltiples pantallas.
La vida nocturna en Salzburgo es bastante animada, cuenta con una serie de bares irlandeses (Murphy´s Law, Shamrock, Celtic Spirit) en los que además de escuchar rock encontraras un muy buen ambiente. Sin embargo, si lo que buscas, como nosotros, es música en directo en plan punk, hardcore o metal no puedes dejar de visitar el Bricks Music Bar, una auténtica joya. Nosotros cuando fuimos coincidió que tocaban dos grupos de punk (rollo punk hardcore melódico californiano) Fluchtversuch y Five to Twelve. El garito es muy guapo, parece un bunker y el ambiente es genial. Si lo que buscas es otro rollo musical o algo más tranquilo, en Salzburgo también lo encontraras, sobre todo si es fin de semana.